Soy psicóloga y también trabajo en el área de la moda y de la imagen. Cuando comencé a sumergirme en este mundo, me pregunté muchas veces como haría para combinar ambas cosas y traducirlas en una sola: quería que mi imagen hablara por si misma, sentirme identificada con una prenda que tuviera la suficiente fuerza para reflejar mi personalidad con tan solo entrar a un lugar. Quería verme como una profesional y que se vea plasmado mi mundo creativo y mi pasión por la moda.
A prueba y error, vistiéndome todas las mañanas di con que el blazer seria mi mejor aliado, cada vez que lo usaba me sentía en mi propia piel, entonces me preguntaba: ¿Qué era lo que me generaba, ¿qué significaba para mi y cómo me hacia sentir cada vez que lo usaba?
Me encontré con que me hacia sentir cómoda, elegante y con confianza sin perder mi autenticidad. Instantáneamente las conexiones de mi cerebro asociaron que esta mezcla de sensaciones y sentimientos me remitían a mi abuela la cual siempre estaba elegante y con un blazer puesto. De pequeña siempre admiré su manera de vestir y lo que transmitía, fue por ella que me interesé en el mundo de la moda. Recuerdo que noche por medio se preparaba para ir al teatro a escuchar música clásica y nunca faltaba su toque final, perfume Chanel nº5 y un blazer, todos la mirábamos con la boca abierta, no podía caber mas elegancia en esa mujer.
Ustedes se preguntarán que tiene que ver esta historia personal con el mundo de la psiquis y de la imagen. ¿Por qué estoy relatando esto?
Desde la psicología estudiamos que la moda y las prendas son una forma de comunicación, una manera de decir algo sin necesidad de verbalizarlo, la moda implica símbolo. Esto es así ya que precisamente aquello que nos diferencia de las demás especies es nuestra capacidad de simbolizar, gracias a esto podemos representarnos la realidad y lo hacemos continuamente con el vestir. De esta manera es así como solemos tener en nuestro guardarropa aquella camiseta de la suerte o un vestido que asociamos a momentos de felicidad o como lo es en mi caso, el blazer el cual posee un valor personal muy importante que heredé de mi abuela. El hecho de tener una prenda con determinada significación ocurre debido a nuestra capacidad cognitiva de simbolizar, es decir que nuestro cerebro es capaz de asociar aquellos momentos vividos con determinadas prendas en particular y no con otras y esto no es aleatorio, es aquí donde el proceso de representación entra en juego, cada prenda tendrá un valor diferente para quien la use de acuerdo a determinados factores.
Pero esto no termina acá, si bien le brindamos un valor personal y sentimental a las prendas, el cual es totalmente subjetivo también tienen el poder de comunicar ciertos valores universales los cuales son entendibles para todos. El blazer en el que tan bien me sentía no solo me hacia acordar a mi abuela y eso me traía grandes recuerdos, sino que me di cuenta que había algo más con el.
Investigué acerca de su poder universal de comunicación y me encontré con que era una prenda la cual se había mantenido a lo largo de los años permaneciendo inalterable, sabemos que la moda cambia una y otra vez y que las tendencias van y vienen pero el blazer siempre estuvo ahí firme y atemporal, es práctico y funcional, mantiene su poder constante y posee fuerza. Indagando en su historia, aprendí que la gran Cocó Chanel fue quien impuso el blazer en la mujer luego de la gran guerra cuando solo le estaba permitido a los hombres, ya que era visto como una prenda masculina de trabajo la cual no hacia a la femineidad de la mujer.
Según la ciencia el blazer o saco te hace sentir fuerte y pudiente, la universidad de California investigó las consecuencias cognitivas del vestir formal y concluyó que su uso ayuda a comunicar de mejor manera objetivos. De acuerdo a Vanesa Friedman, critica de moda del New York Times, el uso de prendas formales afecta nuestro comportamiento y nos hace sentir mas poderosos.
Con esto me di cuenta que las prendas y el vestir poseen dos fuerzas muy poderosas, por un lado, existe el valor subjetivo el cual es completamente personal y cada uno se lo asignara de acuerdo a experiencias y emociones vividas, y por otro lado su valor simbólico de carácter mas universal, el cual hace que la sociedad comparta un código de comunicación común para todos.
Nuestro modo de vestir puede brindar gran cantidad de información acerca de uno mismo, creo que lo importante esta en poder lograr encontrar aquella prenda que sepamos llevar a la perfección, aquella en la cual nos sintamos en nuestra propia piel cada vez que la llevamos puesta, una prenda la cual pueda comunicar quien soy y que simbólicamente también posea su fuerza por si sola. Todos los seres humanos nos vemos implicados en dichos procesos, el subjetivo y el universal, y de esto es difícil desentenderse, aun quienes aclaman que la moda o el vestir no es de su interés y que para ellos el vestir no significa nada. La realidad es que todos y cada uno de nosotros nos vestimos al despertar y al hacerlo hay elecciones implicadas, ya sea por lo que decidimos conservar, o descartar y en dichas elecciones existe un universo entero el cual hay que descifrar.
Sofia Pettenazza es una escritora, consultora de imagen, y psicóloga basada en Buenos Aires, Argentina.